martes, 14 de febrero de 2012

DE LA EDUCACIÓN SUMISA AL APRENDIZAJE EN LIBERTAD




Está claro que existen grandes profesionales y buenos alumnos en nuestras aulas. Pero, desgraciadamente, tienen que acatar unos imperativos (exámenes, asistencia obligatoria, etc.) que inspiran desunión, frustración y sumisión. Los marcos educativos vigentes, como el resto del sistema, no están diseñados con el objetivo de promover la felicidad humana, sino con el objetivo lucrativo y expansionista de la economía de mercado. La reacción natural de muchos adolescentes ante esta situación es una rebelión negativa, apática o incluso agresiva, y así, no es extraño que las bajas y depresiones sean cada vez más frecuentes entre el colectivo de educadores.

Estoy completamente de acuerdo con lo expuesto en los anteriores párrafos, puesto que desde pequeños en la escuela aprendemos a obedecer al "superior", a la autoridad, proceso que continua en el trabajo y habitualmente en el día a día de las personas, incluso en el sistema familiar. Existen unos imperativos a acatar que impiden la ejecución de la libertad de todo profesional de la enseñanza y del alumno. Siguen un objetivo lucrativo y expansionista de la economía del mercado los marcos educativos vigentes. 

Por otra parte, el proceso de privatización y mercantilización que se ha dado en las últimas décadas en todos los ámbitos, no ha olvidado el ámbito de la educación. Las elites dominantes de Europa han decidido que la concepción de la universidad como un servicio público al alcance de todo el mundo no servía a sus intereses y, por eso, habría que convertir la universidad en una institución del mercado y para el mercado, no de las personas y para las personas. El resultado es el llamado proceso de Bolonia, que cada vez recibe mayor oposición por parte de alumnos y profesores.
Así, no es sorprendente que podamos hablar de crisis de la educación, y que esta crisis sea cada día más patente. 

Aún teniendo grandes conocimientos y potencialidades pedagógicas, no somos capaces de combatir la crisis educativa en la que nos encontramos actualmente. El proceso de Bolonia recibe cada vez mayor oposición por parte de los alumnos y profesores. 

Afortunadamente, existen alternativas en los diversos períodos de la educación. Desde la autogestión, la responsabilidad compartida y la implicación cotidiana, múltiples espacios de crianza natural y educación libre están naciendo para ofrecer un espacio y acompañamiento adulto que respete los procesos evolutivos del niño, respondiendo a sus necesidades hacia el desarrollo de una autonomía individual y unos valores sociales reales que no sólo se explican, sino que se aplican.

Hay que crear un camino curricular que pueda conectar el aprendizaje como niños con el aprendizaje como adultos.

El contexto de crisis, con un sistema productivo que se hunde, hace obsoletas muchas profesiones basadas en el crecimiento que todavía se enseñan en las universidades y nos llama a replantearnos qué aprendizajes pueden ser importantes para nuestro futuro y cómo se pueden llevar a cabo. Recuperar la capacidad para autogestionar nuestras formas de vida implica recuperar muchos aprendizajes prácticos que no se enseñan en la educación oficial y que serán fundamentales para poder vivir bien a partir de ahora.
Por eso, será importante recuperar los conocimientos de la gente mayor, que hace sólo una o dos generaciones sabían vivir de manera mucho más autosuficiente a como lo hacemos ahora.

No estoy del todo de acuerdo con este último párrafo, debido a que si aplicamos los conocimientos actuales, los cuales se han obtenido tras largas investigaciones, podemos sacar grandes claves y buenos conocimientos para vivir de manera más autosuficiente. 

Recuperemos la capacidad de aprender y enseñar para disfrutar la vida directamente, sin complicaciones innecesarias, estimulando nuestras potencialidades naturales. Dejemos de ser prisioneros de nuestro propio egoísmo, de sentirnos inseguros y solos. Intentemos desarrollar el sentido de responsabilidad hacia nuestros congéneres en lugar de glorificar el poder y el materialismo. Alumnos y profesores podemos dejar de compartir las aulas por lazos de obligación y empezar a compartir el hecho educativo por el goce de aprender y enseñar.

A mi parecer, este último párrafo es algo utópico, debido a que no siempre va a ser posible por la situación, características de los alumnos, de la escuela, del maestro, etc. El goce de aprender y enseñar puede ser la base pero no lo es todo. 

MÁS INFORMACIÓN EN:
http://www.faunanocturna.net/press/de-la-educacion-sumisa-al-aprendizaje-en-libertad/